Enfermería Familiar y Comunitaria

Desde el año 1980, en el marco de la Declaración de Alma Ata (1978), ha ido desarrollándose la Enfermería Familiar y Comunitaria en la práctica, pero no es hasta el año 2010, mediante el real Decreto 183/ 2008, cuando pasa a ser una de las especialidades de enfermería en Ciencias de la Salud.

La Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Servicio Nacional de Salud define la atención sociosanitaria como “conjunto de cuidados destinados a aquellos enfermos, generalmente crónicos, que por sus especiales características pueden beneficiarse de la actuación simultánea y sinérgica de los servicios sanitario y sociales para aumentar su autonomía, paliar sus limitaciones y facilitar su reinserción social”, estableciendo que comprenderá los cuidados sanitarios de larga duración, la atención sanitaria a la convalecencia y la rehabilitación en pacientes con déficit funcional recuperable.

La fragilidad de las personas pluripatológicas o comorbilidad asociada hacen que este colectivo sea de especial interés para las enfermeras comunitarias, que son las profesionales que aportan la visión integral y holística necesaria para la atención sociosanitaria que se les presta.

La sociedad actual presenta unas demandas en salud derivadas de circunstancias concretas: factores demográficos y económicos, patologías prevalentes, tecnologías de la información, movimientos poblacionales, hábitos de salud, derechos del ciudadano, etc La especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, a través de cuidados de calidad asegura un ejercicio profesional basado en los valores profesionales que la legitiman ante la sociedad, dando respuesta a las demandas de salud que se deriven de los factores antes citados

Marco normativo

El 6 de mayo de 2005, se publicó en el BOE el Real Decreto 450/2005, sobre especialidades de Enfermería, entre las que se incluía la Enfermería Familiar y Comunitaria (EFyC). Con la aprobación del programa formativo según la Orden SAS/ 1729/2010 del 17 de junio, la Enfermería Familiar y Comunitaria (EFyC) comienza a tener fuerza, pero no es hasta la aprobación del real Decreto 183/ 2008, cuando pasa a ser considerada una las especialidades de enfermería en Ciencias de la Salud, con la aprobación del programa formativo.

La formación práctico‐clínica constituye el eje central del programa de la especialidad, ya que el sistema de residencia consiste, fundamentalmente, en “aprender haciendo”. El aprendizaje de las competencias específicas que se deben adquirir ‐en forma de conocimientos, destrezas, actitudes y valores‐, comienza en la formación del Grado y se va ampliando, en profundidad y especificidad, en la formación especializada. Las competencias avanzadas que conforman el perfil profesional de este especialista se desarrollan en al ámbito familiar y comunitario.

Situación actual

Desde la irrupción en 2005 de la vía EIR como vía de acceso a las diferentes especialidades de enfermería en Ciencias de la Salud, se fueron realizando los diferentes exámenes que acreditaban, mediante la vía excepcional, aquellas especialidades para los profesionales que con fecha anterior a 2005 cumplían los requisitos de acceso.

Excepto Enfermería Familiar y Comunitaria, cuyo último examen tuvo lugar el 26 de noviembre de 2022, dando por concluida esta vía de acceso a la especialidad y convirtiéndose el EIR en la única vía oficial para obtener el título de enfermera especialista en esta área. Sin embargo, se observa un compromiso creciente con la enfermería especializada, reflejado en el aumento progresivo de plazas ofertadas, aunque aún se consideran insuficientes para cubrir la demanda existente.​

Para la convocatoria del EIR 2025, se han ofertado un total de 2.171 plazas, lo que supone un incremento del 3% respecto al año anterior. El examen se celebró el pasado 25 de enero de 2025. ​

La distribución de plazas por especialidad es la siguiente:​

• Enfermería Familiar y Comunitaria: 919 plazas.​

• Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona): 451 plazas.​

• Enfermería de Salud Mental: 351 plazas.​

• Enfermería Pediátrica: 265 plazas.​

• Enfermería Geriátrica: 92 plazas.​

• Enfermería del Trabajo: 93 plazas.

Es destacable que, aunque la mayoría de las especialidades han experimentado un aumento en el número de plazas, la especialidad de Enfermería Obstétrico-Ginecológica ha sufrido una reducción, pasando de 469 plazas en la convocatoria anterior a 451 en la actual. ​

Este incremento general en la oferta de plazas refleja el esfuerzo por fortalecer la formación especializada en enfermería, aunque aún persisten desafíos para satisfacer plenamente las necesidades del sistema sanitario.